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CATÁLOGO DE LA MUESTRA "DIBUJOS PARA ARMAR"

C.C. BORGES
Con grafito, tinta, lápiz, pastel, Miriam Peralta dibuja grafismos, pinceladas, líneas, texturas, y todo brilla allí, en el papel: los contrastes en nítida sonoridad, la delectación para desenhebrar registros caligráficos en la arbitraria libertad del trazo, la trama manuscrita de lectura puramente óptica antes que inteligible; el fluir de la mancha que, contenida en segmentos casi arquitectónicos, convierte su eléctrica convivencia con los blancos en un replegado acorde visual.

Peralta examina el campo del dibujo con despojamiento monacal, en busca de lo esencial, del hueso; y lo paradójico es que esa vivisección, llevada a cabo con el imprescindible saber técnico, pero también con recatada emotividad y resuelta vocación lírica, la empuja a salirse de la disciplina, a salirse de ella misma, como si la acción de dibujar y el espíritu de quien dibuja resultaran más depurados, más verdaderamente fieles al dibujo, en la prosecución, en la persecución del dibujo por otros medios. Dibuja con madera en el plano de la pared, y la madera se disuelve como línea en el ojo. Las rectas de madera fugan, el trazado estructural es a la vez trazado bidimensional. El carácter de la línea se define por la especificidad física, climática, de aquello que la ha dibujado, no importa de lo que se trate. La cinta métrica rígida acecha en una caja sugestivamente titulada “envase guarda dibujos”; va a saltar a la pared como la lagartija de un nuevo Tangram, donde la articulación móvil de las típicas secciones del metro le permiten a la autora dibujar infinitas posibilidades de contorno lineal de la pieza. Con la delicada audacia e inventiva de Miriam Peralta, los materiales que no pertenecen tradicionalmente al canon del dibujo se “dibujizan” asombrosamente, con la orgánica naturalidad que ella les descubre o les inventa.
Eduardo Stupía

CATÁLOGO DE LA MUESTRA «CAMPO DE DIBUJO» C.C. RECOLETA

MIRIAM PERALTA Y EL DIBUJO VIRTUAL
El dibujo tiene mucho de desenrollar un ovillo tirando de la punta de una línea. Existen por lo tanto dos dinámicas: sorprenderse y dejarse llevar por ella o determinar de antemano el destino de esa línea. Cuando se dice aprender a dibujar se dice en cierto modo aprender a condicionar la línea a un modelo, a un “a-priori”. Pero también hay otros que se dejan llevar por la dinámica de la línea que no por sí es representativa del mundo figurativo. Ahora bien, la línea actúa en el espacio, éste puede ser una hoja de papel pero también puede ser (¿por qué no?) el espacio real, o sea aquel donde los objetos existen y dan sombras. ¿Acaso no existen máquinas de dibujar sombras? Un clavo por ejemplo, es una línea –un tanto gruesa- en el mundo de los objetos y su sombra es una línea evanescente. Un trazo evanescente hecho con carbonilla, por ejemplo, juega con esa sombra, si es de sanguínea el trazo deviene en color. El espacio plano del dibujo puede jugar con el espacio real de los objetos. El espacio de los dibujos-dibujos ( aquellos en papel) pueden jugar con el espacio real del ambiente donde son colocados( esto es lo que vulgarmente se dice “ saber colgar cuadros “). Estas banales reflexiones tienen que ver en el mundo del dibujo (vulgarmente asociado a la representación) con su intrínseca naturaleza abstracta (esto es, previa al destino posterior que se le dará a la línea). En este aspecto, por asociación con otro lenguaje artístico, puede decirse que éste es el aspecto musical del dibujo, determinado por el juego de sus elementos esenciales: línea-espacio. El objeto que generalmente es convocado representativamente por la línea puede –en el mundo ya no de la “realidad-ficción” si no de la “realidad-realidad”- jugar con ella. De esta manera las funciones se reclasifican, se descontruye una naturaleza del dibujo para construirla en otra. Todas estas reflexiones me nacen contemplando las obras de Miriam Peralta, quien comenzó su carrera artística como dibujante y quien aprendió de la relación con la escultura una nueva percepción del dibujo : ya no la abstracta(musical)sino la virtual. En un mundo en que este término está de moda luego de la revolución de las comunicaciones producida por la computación, la conciencia de lo virtual se traspasa a nuestra vida cotidiana en la “realidad-realidad”. La distancia y cercanía de los objetos, la realidad de sus presencias, la convivencia entre lo virtual y lo real y el intercambio mutuo de funciones constituyen ahora ese aspecto “virtual” del dibujo que se dispone Miriam a descubrir. De esta manera ella nos está diciendo también, que la revolución tecnológica no sólo posibilita nuevos medios sino que, ante todo, -y esto es fundamental- cambia la conciencia perceptiva de tal manera que aún con los viejos medios se puede testimoniar esa virtualidad. Más aún: lo que importa es la conciencia de nuestro contexto actual que brindan los medios, ya que a las conquistas tecnológicas se las puede asumir como a comienzos del siglo XX, de manera equívoca: entonces se diseñaban los automóviles con forma de coches tirados por caballos. Miriam Peralta hace lo contrario, asume la realidad de la virtualidad con clavos, trozos de madera y trazos de algún elemento que dibuja. Tan sólo eso le basta.
Luis Felipe Noé

CATÁLOGO DE LA MUESTRA «PINTURA DE UN ESPEJO» ESPACIO GIESSO

DOS HERMANAS
Esta sala de Osvaldo que Miriam estrujó contra la tela quitándole el espacio tan respirado, oblicua, cayendo sobre el agua cada vez que dos ojos la sacan del escondite, oblicua, sobre el agua que la recibe cuando la miran, retrato aplastado de paredes que la envuelven con piso y revoques deformados empujados contra la tela, desgarrados entre los rastros de los pelos cabellera del pincel, espátula que tapa sus poros, piel deshollada de puertas y cielo raso estaqueada sobre el agua que espera, sola, paciente, que dos ojos se la devuelvan flotando encima de ese ser repetido anfibio que se arrastra por el fondo esclavo de los ojos que se mueven allá arriba, mirando a su hermana, tatuaje de angustia de paredes, frenética espera de una mirada que las junte en el incesto que el agua impide, caricias mojadas prohibidas entre esas dos mujeres por unos días y, luego, noche y muerte.
León Ferrari

CATÁLOGO DE LA MUESTRA «DIBUJOS ACCIDENTADOS» C.C. RECOLETA

Si un dibujo es el resultado del acto de dibujar; una mancha de la acción de manchar; un “collage” de la práctica del verbo pegar en el sentido de adherir una cosa a la otra; y una pintura lo que queda luego de haber pintado. Cómo puede llamarse la conclusión de todos estos actos juntos? Propongo llamarlo accidente plástico y lo que se habrá hecho, en definitiva, es accidentar plásticamente una superficie. Si lo que predomina es el color lo considerarán pintura, si predomina la línea lo apreciarán como dibujo, pero quien dijo que una pintura no puede ser negro sobre blanco y que un dibujo no puede ser hecho por trazos de color? Así es que los jurados de dibujos llegan siempre a la encrucijada, frente a ciertos trabajos, de saber si corresponde o no al área del concurso en el que tienen que dictaminar. Así se encierran en discusiones que nunca sirven como jurisprudencia para resolver una situación posterior. Eso sucede, en el fondo, el problema es otro. La diferencia profunda reside entre lo gráfico, que viene del acto de graficar, o sea de hacer visual algo (para lo cual se requiere cierta didáctica precisa) y lo plástico. Esa palabra es tan imprecisa que no puedo decir que viene del acto de plastificar (concepto que pertenece a otro terreno de cosas). Pero entre los artistas sabemos que cuando decimos esta obra es “plástica” entendemos una carga de emoción y sensorialidad a través de la materia plástica con la que se ha trabajado. Tanto el dibujo como la pintura pueden ser ambas cosas. Pero generalmente se tiende a creer que un dibujo debe ser gráfico, o sea una precisión sobre el espacio, y que un cuadro debe acontecer plásticamente. Este es el problema de las palabras que sirven para definir, hasta que de tanto hacerlo se quedan cortas y, por lo tanto, terminan confundiendo. Los dibujos de Miriam Peralta, sin duda alguna, son eso que acabo de decir, “dibujos”: líneas, trazos, manchas; sobre un espacio predominantemente blanco van precisando una imagen. Pero además, son fundamentalmente plásticos, pensados con la proyección del cuerpo y no tan solo de la mano y son el resultado de acciones múltiples superpuestas, incluso la del “collage”. Pero lo que yuxtapone son trozos de dibujo de ella, sobre otros de ella también. Además pinta en la misma obra, pero es otra forma de manchar, y generalmente blanco sobre blanco. De diversas maneras va accidentando. Así va elaborando unos dibujos que hasta por la medida logran una presencia pictórica. Son esencialmente plásticos. Con eso qué quiero decir?

En lo que se llaman artes visuales, lo que se entiende por gráfico, generalmente es su aspecto más emparentando con el lenguaje de las palabras, porque éstas lo precisan y porque éstas también se traducen gráficamente. En cambio lo que se llama plástico, es lo más propio del fenómeno pictórico, en tanto “otro lenguaje” e, implícitamente (como lenguaje y pensamiento van juntos) “otro pensamiento”. No es que su característica es ser impreciso, pero es global. Y en esa globalidad exterior e interior, sujeto y predicado, pensador y pensamiento se hacen uno en una acción sensorial.

Por lo tanto, si digo que los dibujos de Miriam son fundamentalmente plásticos, quiero decir que si bien en tanto “dibujos” son gráficos, en ellos venció el aspecto plástico propio de la pintura. En esta dualidad están implícitos dos tipos de pensamiento, el preciso y el global. Por ello sus dibujos son la huella del doble acto de involucrarse y tomar distancia del mundo entorno.
Todo artista, a través de su obra se relaciona con el mundo entorno, pero en el caso de Miriam, diría que el tema secreto profundo de todo su hacer (más allá del articular de cada dibujo) es del punto límite entre lo exterior y lo interior; el punto del accidente. Y de allí su fuerza y la originalidad de su manifestación. Si sus dibujos son accidentados se debe a que nos están hablando de ese accidente. En este caso qué expresa lo expresado? El duro acto de expresión. Y es duro, aunque en definitiva ella lo haga, paradójicamente, con gran naturalidad, como si gritara en silencio y éste convirtiese al grito en una imagen lírica.
Luis Felipe Noé

CRÍTICA DE PRESENTACIÓN

Entre los artistas que., independientes de las exigencias del mercado, investigan nuevos lenguajes se destaca Miriam Peralta por sus experiencias en la creación de objetos en los que vincula las más antigua de las técnicas, el dibujo de las cuevas milenarias, (utilizando también ella las paredes como soporte) y vinculando esa técnica plana y quieta con originales aportes cinéticos y con relieves del mundo contemporáneo.

Acompaño con gran interés el trabajo, la evolución, de esta artista que demuestra con sus obras poseer una fina sensibilidad unida a una perseverante pasión por la renovación, por la búsqueda de nuevos aportes al arte que practica.
León Ferrari

CRÍTICA DE LA REVISTA ARTINF

Peralta se desliga de otras situaciones artísticas precedentes. Con un desplazamiento de la superficie pictórica hacia el espacio, centraliza su discurso en un lenguaje que convierte lo bidimensional en una tercera dimensión. Sus últimas obras son referentes de cómo trabajar y movilizar planos de trapecio en el espacio. Un orden ideativo en la línea conceptual de lo estético marca la frontera entre producciones objetuales, ilusiones ópticas y situaciones actuadas, y se inscribe en una imagen sígnica que alberga la capacidad para trasladar un paisaje de planos aéreos móviles, a una dimensión pictórica entre comillas. Una dimensión provocativa de color y sombras entre tensores y amarres. También maderas, metales, carbón, látex, son para Peralta, materia artística con la que alude a formas respetadas y otras deformadas de la geometría, de la medida. Con una esteticidad de gestos austeros, de pasos imaginarios entre lo irreal y lo real de lo que fue breve sólo en presencia.
Silvia de Ambrosini

PRENSA
  • Dibujos y otros rollos, galería FILO. ArtInf n° 114. 2002
  • Peralta, Miriam- ArtInf n° 112. 2001
  • Crítica- ArtInf n° 106. 2000
  • Peralta, otras huellas- n° 102. 1998
  • Siglas de fin de siglo- Fabian Lebenglik. Página 12- agosto 1996
  • Como una caja de pandora- Arte/Crítica- Diario Clarín- agosto 1994
  • Quince dibujos accidentados- Cronista Comercial- noviembre 1991
  • Los accidentes- Página 12- diciembre 1991
  • Croquis- Suplemento Actualidad en el arte- septiembre 1990
  • Miriam Peralta, una fuerte imagen- Suplemento joven, la Actualidad en el arte- octubre 1990